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La diferencia entre los trastornos psicológicos perinatales: ansiedad, TOC y psicosis

Mientras baña a su recién nacido, tiene un pensamiento repentino: ¿y si se resbala y cae bajo el agua? Después, mientras empuja el cochecito en la acera, imagina que involuntariamente se le suelta. Entra en pánico.

La Dra. Eynav Accortt, directora del Programa de Psicología Reproductiva de Cedars-Sinai, explica que estos pensamientos aterradores que la asaltan casi nunca significan que quiera lastimar a su bebé. De hecho, estos pensamientos se desarrollaron evolutivamente para ayudar a los padres a ser cuidadosos y mantener a salvo a su hijo. Son muy frecuentes y agobiantes, y afectan a siete de cada diez padres primerizos.

Es natural preocuparse durante el embarazo y los primeros meses de la maternidad. Aunque traer una nueva vida al mundo tiene muchas cosas positivas, los enormes cambios físicos, mentales, hormonales y de estilo de vida, y la responsabilidad de proteger a su hijo, pueden tener un alto costo para los padres agotados, provocando la tristeza posparto. Sin embargo, esa leve depresión posparto (conocida como “baby blues”) es pasajera y desaparece sin ninguna intervención en las dos semanas siguientes al parto. Si estos sentimientos duran más de dos semanas, el miedo se vuelve debilitante, poniendo en peligro la calidad de vida, el vínculo parental y el desarrollo; ya no estamos hablando del “baby blues.”



Los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad perinatales son la complicación principal del embarazo y el parto, según la Anxiety & Depression Association of America, y es probable que no se diagnostiquen adecuadamente. Aproximadamente una de cada cinco personas que dan a luz desarrollan una condición de salud mental en torno al embarazo.

Existen en una gama, dice la Dra. Accortt, y no hay nada de qué avergonzarse.

Cuando los miedos se apoderan

Las mujeres embarazadas generalmente se preocupan por la salud del feto en desarrollo, de su pareja y ellas mismas y por el parto y el cambio de imagen corporal. La ansiedad puede aumentar en el primer trimestre mientras se adaptan al embarazo.

Después del parto, los padres están en alerta máxima durante los primeros meses cuando los bebés son más vulnerables, especialmente si tienen complicaciones médicas. También es posible que se sienta culpable por la manera en que está criando a sus hijos o si no está feliz todo el tiempo.

La Dra. Accort enfatiza, “la maternidad es muy, muy difícil”.

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos observa que la ansiedad en la maternidad aumenta generalmente justo después del parto y hasta seis semanas después del parto, pero puede surgir en cualquier momento hasta el primer año del bebé, incluyendo las transiciones de lactancia materna o el regreso de la menstruación.



Preste atención a cómo le está afectando el estrés, por ejemplo, si está comiendo y durmiendo lo suficiente. Una preocupación excesiva y persistente puede ser señal de trastorno de ansiedad perinatal, especialmente si interfiere con su vida. ¿Se queda en casa o evita los desencadenantes como el baño del bebé?

La ansiedad también puede tener síntomas físicos, como el dolor de pecho, de cabeza y de estómago, mareos o palpitaciones cardíacas. Los ataques de pánico provocan sensaciones similares y falta de aire, temblores o sudoración. Estas reacciones similares a un ataque cardíaco pueden durar desde unos minutos hasta una hora.

Alrededor del 6 % de las mujeres desarrollan ansiedad durante el embarazo y el 10 % después del parto, según Postpartum Support International.

Y algunos estudios encontraron una relación con el parto prematuro (o antes de término).

Dígaselo a alguien

Aunque la pandemia del COVID-19 propició más conversaciones sobre la salud mental, el estigma social a menudo sigue manteniendo calladas a las madres. Si tiene problemas, el primer paso es hablarlo con una persona de su confianza.

La Dra. Accortt dice: “cuanto más tiene esos pensamientos y se los guarda, se hacen más grandes, como un globo”. “Pero en el momento en que se lo cuenta a su madre, su hermana, su pareja o un terapeuta, es como que le clavara un alfiler al globo, se desinfla y se siente mejor”.



Un grupo de apoyo o terapia como los que ofrecen el Programa de Psicología Reproductiva de Cedars-Sinai (muchos son virtuales) o Postpartum Support International (PSI) pueden darle una salida para tranquilizarse y recordarle que no está sola. La Administración de Recursos y Servicios de Salud también tiene una línea directa de salud mental materna en inglés y español.

Cualquier persona que tiene una crisis de salud mental o suicida debe llamar inmediatamente al 988 Lifeline, disponible en los dos idiomas.

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Eynav E. Accortt, PhD

Clinical Psychology

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Trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), menos comprendido, con regularidad se pasa por alto en las madres primerizas, aunque es una complicación frecuente en el 3 % al 5 % de las mujeres. Puede aparecer por primera vez o empeorar en la etapa del embarazo.

Y es uno de los trastornos más incapacitantes.

El TOC (o OCD por sus siglas en inglés) perinatal aumenta los pensamientos no deseados e irracionales. La mayoría de los pacientes tienen miedo de hacerle daño a su bebé accidental o intencionalmente, ya sea por contaminación, dejándolo caer, ahogándolo, por asfixia o por contacto inapropiado. Estos intensos temores pueden provocar imágenes visuales en las que la persona puede incluso ver morir a su hijo.

La Dra. Accortt enfatiza, “Esos pensamientos no reflejan quiénes son ni algo que quieran hacer”. “Nunca lo harían”.

Sin embargo, las personas con TOC creen que tener estos pensamientos intrusivos significa que son capaces de hacer daño y se sienten abrumadas por la vergüenza y el miedo.

Estos síntomas no se resuelven con el tiempo, el sueño o la tranquilidad como en el caso de otros padres primerizos, sino que quedan atrapados en un ciclo.

Esto da lugar a rumiar (pensar repetidamente cómo salir de la ansiedad) o tener impulsos fuertes para encontrar alivio de las ideas alarmantes. Los padres pueden lavarse obsesivamente las manos o limpiar para deshacerse de los gérmenes, revisar una y otra vez a su bebé mientras duerme, preguntarles a otras personas por su salud o contar o rezar excesivamente. Además de los rituales, las madres pueden apegarse mucho a su bebé, o evitarlos totalmente por temor.


"Cuanto más tiene esos pensamientos y se los guarda, se hacen más grandes, como un globo. Pero en el momento en que se lo cuenta a su madre, su hermana, su pareja o un terapeuta, es como que le clavara un alfiler al globo, se desinfla y se siente mejor."


Psicosis posparto—una emergencia médica

La Dra. Accortt destaca que la psicosis posparto (PPP) “no es solo una depresión posparto grave”, a pesar de las ideas erróneas generalizadas, sino un verdadero trastorno psicótico.

La PSI indica que este diagnóstico extremadamente raro afecta a 1.5 de cada 1,000 madres que dan a luz.

El síntoma principal es ver o escuchar cosas que no existen. Otros trastornos de salud mental posparto generalmente no causan alucinaciones, excepto cuando la nueva madre tiene una falta grave de sueño, lo que recuperará con unos días de descanso.

Las pacientes con PPP también pueden desarrollar delirios, paranoia, cambios de humor e hiperactividad o no dormir en absoluto por la noche. Las parejas y los familiares deben estar atentos a estas señales.

Estos trastornos crean una desconexión de la realidad, de modo que las pacientes no pueden distinguir entre su mente y las voces; estas podrían decirle que su hijo está mejor sin ellas. Eso aumenta el riesgo de suicidio (5 %) e infanticidio (4 %), lo que lo convierte en una emergencia médica.

La Dra. Accortt resalta: “Es importante escuchar y creer a las mujeres que dicen que tienen pensamientos aterradores”.

Cómo manejar la salud mental perinatal

Los padres con psicosis activa no deben intentar la crianza de sus hijos como de costumbre. Es imprescindible una visita al Departamento de Emergencia, seguida de atención psiquiátrica intensiva para pacientes ingresados, incluyendo psicoterapia y medicamentos antipsicóticos. Alerte a todos sus proveedores de salud mental para asegurarse de que haya conexión para la atención.

La mayoría de las personas con PPP tienen una historia personal o familiar de trastorno bipolar, esquizofrenia o trastorno psicótico. La Dra. Accortt insiste en que consulte a un psiquiatra especializado en reproducción al principio de su recorrido reproductivo si tiene cualquiera de estas condiciones. Ellos coordinarán su atención y la animarán a seguir tomando antipsicóticos y medicamentos estabilizadores del estado de ánimo durante todo el embarazo, porque las posibilidades de PPP se disparan si interrumpe los medicamentos.

La doctora subraya que los trastornos perinatales del estado de ánimo y de ansiedad son tratables.

Si tiene problemas de ansiedad grave, pánico, obsesiones o compulsiones la mayor parte del tiempo y por más de un mes, el psicólogo especializado en reproducción puede evaluar su salud mental y ofrecerle atención especializada.

Eso generalmente incluye un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (SSRI) junto con la terapia cognitivo-conductual, exposición y prevención de la respuesta (el estándar de oro para el TOC), la exposición interoceptiva (para el pánico) o la terapia de procesamiento cognitivo (para el trastorno de estrés postraumático, o TEPT). La Dra. Accortt recomienda comenzar con cuatro o cinco sesiones antes de decidir si un tratamiento o un terapeuta funcionará en su caso.

Un psicólogo perinatal también puede ayudar a quienes tienen trastornos de ansiedad o factores de riesgo a sopesar los pros y los contras de seguir tomando antidepresivos durante el embarazo y mientras amamanta o de iniciar una atención de salud mental preventiva.

Obtener ayuda puede permitirle volver a disfrutar de los abrazos de su bebé, sin miedo, y crear un entorno seguro y tranquilo que tenga un efecto en su hijo y en el futuro de su familia.


La Línea Nacional de Asistencia de Salud Mental Materna está disponible 24/7 con apoyo gratuito y confidencial llamando al 1-833-852-6262 (1-833-TLC-MAMA).