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Revirtiendo la trayectoria del cáncer de mama en la comunidad latina

El cáncer de mama es un diagnóstico que cambia la vida y, a menudo, requiere meses de terapias extenuantes y cirugía para su superación. Siendo el cáncer más prevalente en las mujeres, tiene un costo aún mayor en las comunidades que luchan por navegar el sistema de atención médica.

Las mujeres latinas, ignoradas por muchas campañas de lazo rosa, se someten a menos pruebas de detección de cáncer de mama que las mujeres blancas no hispanas, según la American Cancer Society. Cuando los cánceres de mama se diagnostican en mujeres hispanas, tienden a ser más grandes, más avanzados y más agresivos. Solo el 59% se detecta cuando el tumor se limita a la mama, en comparación con el 67% en las mujeres blancas no hispanas.

El tratamiento oportuno entre las latinas es otro obstáculo.

Aunque la enfermedad es un 30% menos común en las mujeres latinas, es la principal causa de muerte por cáncer en este grupo, y se cobró la vida de unas 3100 mujeres latinas en 2021.

"Son problemas muy grandes que hay que resolver", dice Jane Figueiredo, directora de investigación de salud comunitaria y poblacional en el Samuel Oschin Comprehensive Cancer Institute de Cedars-Sinai.


"Como latinas, tendemos a ponernos en último lugar".


Barreras sanitarias

Las mujeres latinas enfrentan un aluvión de obstáculos para someterse a pruebas y recibir atención médica de manera regular.

Encontrar cuidado de niños y transporte para ir a las citas puede ser difícil, señalan los líderes en divulgación de cáncer. Las pacientes a menudo necesitan tomar autobuses a las clínicas y diferentes lugares para exámenes de mama, mamografías y citas con el oncólogo, si se detecta un tumor. No pueden faltar al trabajo sin renunciar a un cheque de pago.

"Como latinas, tendemos a ponernos en último lugar", dice Lourdes Barajas, la asociada principal de salud comunitaria latina en Cancer Research Center for Health Equity de Cedars-Sinai.

Ya que muchas personas vienen a los EE.UU. desde América Latina, el estatus migratorio también juega un papel. Las mujeres inmigrantes que carecen de un estatus legal permanente en los EE.UU. a menudo tienen demasiado miedo de acceder a la atención preventiva que tienen derecho a recibir.

La competencia cultural y lingüística marca una gran diferencia para los pacientes latinos, dice Zul Surani, director asociado de Community Outreach, Engagement and Operations en el Cancer Research Center for Health Equity.

"Si bien la información sobre el cáncer de mama está disponible, a menudo solo está en inglés y no la proporciona una fuente confiable", dice.

Después de tener resultados anormales en la mamografía, las mujeres latinas esperan más tiempo para recibir seguimiento que las mujeres blancas: la mediana es de 60 días de retraso hasta el diagnóstico, según un estudio financiado por el Instituto Nacional del Cáncer.

"Al nivel cultural, a veces la gente no quiere saber", ya sea porque tiene miedo o no se siente enferma, dice Barajas. "¿O qué pasa cuando sí hay algo mal y no tienen atención médica?"

Los costos del tratamiento pueden ser prohibitivos en una comunidad mas propensa a vivir en modo de supervivencia. Los latinos tienen la menor cobertura de atención médica de cualquier grupo racial o étnico en los EE.UU., según la Oficina del Censo de los EE.UU.

Y los factores sociales, como el acceso a los alimentos, afectan la salud de los pacientes con cáncer durante y después del tratamiento, lo que empeora las disparidades para esta comunidad desatendida.

El racismo y la discriminación también son problemas agraviantes, añade Figueiredo.



Fomentar la detección del cáncer de mama

Casi el 63% de las mujeres hispanas mayores de 40 años se han hecho una mamografía en los últimos dos años, según muestran las cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Además, repetir las pruebas de detección de cáncer de mama cinco años después es mucho menos frecuente en este grupo, comparado con las mujeres blancas.

Cuando las mujeres hispanas con cáncer de mama reciben tratamiento, a menudo es demasiado tarde, dice Surani.

Menos mujeres hispanas con cáncer de mama superan los cinco años desde el diagnóstico que las blancas. Las posibilidades de supervivencia caen drásticamente, al 31%, cuando el cáncer de mama se ha propagado. El pronóstico es aún peor para las formas de cáncer de mama triple negativo y HER2 positivo, que son más comunes en las latinas.

"La detección salva vidas", subraya Figueiredo.

Educar a la comunidad latina sobre la prevención del cáncer

Mediante la Iniciativa de Salud y Fe, lanzada en 2018, el equipo de Community Outreach and Engagement (Compromiso y Alcance Comunitario) de Cedars-Sinai y el Cancer Research Center for Health Equity (Centro de Investigación del Cáncer para la Equidad en la Salud) están educando a la comunidad latina sobre la prevención del cáncer.

El equipo de divulgación hispanohablante proporciona información precisa y actualizada comprensible y adaptada a la cultura.

Al principio, los investigadores utilizaron software de mapeo geográfico y datos de registro de cáncer para determinar dónde había la mayor necesidad y una mayor incidencia de diagnóstico en etapa tardía para poder buscar a las personas donde se encontraban.

Tras asociarse originalmente con iglesias latinas en Pico/Westlake y East Hollywood, la iniciativa de divulgación se alejó de los eventos en vivo durante la pandemia de COVID-19 y pasó a un nuevo enfoque.

Cedars-Sinai capacitó a 15 trabajadoras comunitarias de la salud, conocidas como promotoras, que están integradas en centros de salud locales capacitados por el gobierno federal, incluida la Clínica Romero, y en las escuelas.

"La comunidad las conoce y confía en ellas", dice Barajas, que encabeza la campaña.



Llegar a mujeres sin seguro o con seguro insuficiente

Trabajando junto con el programa Every Woman Counts de California y los radiólogos de Cedars-Sinai, la iniciativa proporciona servicios de diagnóstico y mamografías móviles gratuitas a mujeres sin seguro o con seguro insuficiente. Si Ud. es elegible, puede llamar al programa directamente para obtener ayuda para pedir cita.

"Queríamos crear este sistema de atención integral", explica Surani.

La clínica evaluó a 80 personas en 2021 para detectar cáncer de mama, a pesar de los retrasos generalizados atribuibles a la pandemia, y casi 28,000 personas recibieron conocimientos básicos sobre el cáncer, según los líderes del programa.

Dicen que el modelo podría ampliarse movilizando a más promotoras y proveedores.

La iniciativa también destaca a las sobrevivientes latinas de cáncer de mama, las cuales ayudan a combatir las creencias culturales de que las personas no tienen control sobre su salud o su destino, empoderando así a las mujeres para que tomen medidas.

Reducción del riesgo

Los defensores de los pacientes con cáncer y los educadores de salud comunitarios sugieren reducir el riesgo de cáncer de mama con cambios en el estilo de vida como:

  • Actividad física diaria y al menos 150 minutos de ejercicio moderadamente intenso a la semana
  • Dietas nutritivas y basadas en plantas con al menos cinco porciones de frutas y verduras al día (mantener un peso saludable podría prevenir hasta el 30% de los cánceres de mama)
  • Menos consumo de alcohol
  • Amamantamiento

La salud reproductiva, como la edad en el parto y el uso de métodos anticonceptivos, además de los antecedentes familiares afectan el riesgo.

Pruebas e investigaciones genéticas

Hay un área poco estudiada que podría ayudar a determinar quién es más susceptible entre la diversa población latina: las pruebas e investigaciones genéticas.

Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama en dos veces o más y están relacionadas con formas más invasivas del cáncer. Pero a pesar de las investigaciones que señalan la prevalencia de estas mutaciones entre las mujeres latinas, estas tienen menos probabilidades que las mujeres blancas de conocer las evaluaciones de riesgo genético de cáncer y de hacerse la prueba.

Impulsar la detección genética del cáncer de mama es la próxima frontera, dice Surani, junto con hacer campaña para inscribir a más pacientes latinas con cáncer en ensayos clínicos de cáncer que salvan vidas. Los navegadores de pacientes están creando conciencia sobre los riesgos genéticos y planean investigar más formas de empoderar a las mujeres para que se hagan cargo de la salud de las mamas. 

Esperan que los esfuerzos en conjunto reviertan la trayectoria de la enfermedad.

Cada vez se comprende mejor que muchas variantes genéticas, no solo las mutaciones en los genes BRCA, pueden presentarse a la vez aumentando el riesgo de cáncer de una persona, dice Figueiredo, quien dirige el estudio más grande de EE. UU. sobre la prevención y el tratamiento del cáncer colorrectal en latinos.

Pregunta Figueiredo: “Si pudiéramos saber que alguien tiene un aumento en la probabilidad genética de tener cáncer y le proporcionamos esa información, ¿ cambiaría eso su estilo de vida?”